domingo, 21 de septiembre de 2014

¿Cuál es la utilidad del estudio de la lógica?

¿Cuál es la utilidad del estudio de la lógica?
La respuesta a la pregunta del título de la entrada sólo se puede entender verdaderamente después de utilizar los conceptos lógicos en la resolución de ejercicios y en la propia argumentación filosófica. Mientras tanto, tiene sentido comenzar a darnos cuenta desde el comienzo que el estudio de la lógica puede beneficiarnos en la filosofía (y en la vida en general). Los autores de este texto nos lo explican con claridad.
“La lógica estudia algunos aspectos de la argumentación. La lógica nos permite 1) distinguir los argumentos correctos de los incorrectos, 2) comprender por qué algunos son correctos y otras no, y 3) evitar cometer falacias o sofismas en nuestro razonamiento. Una falacia o sofisma es un argumento incorrecto que parece correcto. Un argumento correcto es un conjunto de afirmaciones organizadas de tal manera que una de ellas (la conclusión) es compatible con las demás (las premisas). Un argumento incorrecto es aquel en el que las premisas no apoyan la conclusión (…).
El papel de la lógica se hace evidente cuando nos damos cuenta de que los filósofos buscan, implícita o explícitamente, argumentos sólidos y pertinentes para defender sus ideas. Pero para saber si un argumento es sólido y relevante se necesita saber si es válido. Y es la lógica que nos ayuda a saber si un argumento dado es válido o no (…).
La lógica tiene dos funciones en la filosofía: clarificar nuestro pensamiento y ayudarnos a evitar errores en el razonamiento. La filosofía se identifica por un conjunto de problemas. Los filósofos, a lo largo de la historia, han respondido a estos problemas, tratando de resolverlos. Para ello,  presentan teorías y argumentos.
Necesitamos la lógica para evaluar de manera crítica los problemas de la filosofía. Si alguien quiere reflexionar sobre el problema filosófico de saber por qué razones las ideas verdes no son saladas, lo mejor que podemos hacer es mostrar que este es un falso problema. Para ello necesitamos argumentos.
Necesitamos la lógica para evaluar críticamente las teorías de los filósofos. ¿Una propuesta teórica será plausible? ¿Cómo podemos defenderla? ¿Cuáles son sus debilidades y cuáles son sus puntos fuertes? ¿Y por qué?
Necesitamos la lógica para evaluar críticamente los argumentos de los filósofos. ¿Son sus argumentos sólidos? ¿O son errores sutiles de razonamiento? ¿O se basan en premisas tan discutibles como sus conclusiones?
Por lo tanto, para que nuestros estudiantes puedan enfrentar los problemas de la filosofía de forma creativa, tienen que dominar las herramientas críticas elementales que les permitan formular claramente los problemas, las teorías y los argumentos de la filosofía, y que les permitan adoptar una postura crítica – defendiendo sus propias ideas con argumentos. El arte de la filosofía es el arte de la fundamentación  de nuestras ideas con argumentos sólidos, creativos e inteligentes. El dominio de este arte consiste en tener la capacidad de distinguir los argumentos con esas características de los que no lo tienen, y tener la capacidad de cambiar de opinión cuando somos incapaces de defenderlas con argumentos bien fundamentados. El pensamiento lógicamente disciplinado no impide, por tanto, la creatividad; por el contrario, la promueve (…). La lógica nos ayuda a pensar en las diferentes posibilidades. Para determinar si un argumento es válido debemos determinar si hay alguna manera en el que las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa. Una falacia es precisamente un argumento que parece válido para una persona sin formación lógica porque no es capaz de ver que es posible que las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa (es decir, no es capaz de ver que la conclusión no es una consecuencia la lógica de las premisas). El estudio de la lógica contribuye así de manera decisiva a la creatividad filosófica, ya que acostumbra al estudiante a pensar en nuevas circunstancias que de otro modo no tendría en consideración”.
Desiderio Murcho y Júlio Sameiro, Lógica – 11º año.
Tomado de: http://didactifilosofica.wordpress.com/2014/09/21/cual-es-la-utilidad-del-estudio-de-la-logica/

ADIÓS, ALUMNOS ADIÓS. (JORGE ÁLVAREZ YÁGÜEZ)

Hoy no iré a clase, no lo haré ya más, después de varios decenios haciéndolo, y los últimos en esta ciudad. Ya no enseñaré a Descartes o a Kant, a ninguno de los grandes pensadores de la humanidad. ¿Nostálgico?, no, decididamente no; ha sido una decisión voluntaria. En muy poco tiempo no podría seguir haciéndolo aunque quisiera, pues la nueva Ley que este curso se pone en marcha, no dejará lugar alguno para el pensamiento, dará el último paso para desterrarlo de la enseñanza. Progresivamente se han ido introduciendo medidas para dejar a la filosofía fuera. La máxima en la que Kant cifraba el ideal ilustrado, pensar por uno mismo, no es ya la de ninguno de los gobernantes, de distinto color, que se han ido sucediendo. Todos parecen estar de acuerdo que todo lo que no sea utilitario, estrictamente funcional debe ser excluido. Y siguiendo ese esterilizante criterio lo que habría de ser una amplia formación del individuo, esa que le tornara en un ser complejo y crítico en lo que afecta a entendimiento y sensibilidad a través de los inicios en los hitos de nuestra cultura, en la ciencia, arte, filosofía... va dejando su lugar a una especie de adquisición de habilidades de diferente nivel para el empleo. Una estrecha adaptación del individuo a las exigencias más inmediatas del mercado, al menos tal como interpretan algunos tales exigencias.
Obsérvense si no las recomendaciones de la OCDE, cuyos informes pesan ya más que ningún otro en los distintos ministerios de Educación europeos, proponiendo introducir materias de cultura financiera, uso de tarjetas de crédito (sic), etc. No se crea que me refiero a la situación de las llamadas "humanidades", no son solo ellas las cuestionadas, la formación en ciencias no está menos aquejada. Ese demediamiento en la formación fue perfectamente complementado por tres factores devastadores: 1) El imperio de cierta pedagogía, que ocultaba su vaciedad bajo un lenguaje oscurantista, guiada por el principio de creer que se pueden enseñar los métodos sin apenas dominio de los contenidos, ignorando que, a partir de cierto nivel, sin profundizar en estos era imposible realmente iniciarse siquiera en aquellos, que no hay manera de aprender a pensar sin hacerlo hondamente. 2) La pedagogización que atravesó todo el sistema traía casi inevitablemente consigo una infantilización del alumno, una patologización de sus carencias, una apelación continua a su des-responsabilización para derivarla a otras instancias. 3) A esto último contribuyó, sin duda, la pérdida de especificidad de la enseñanza media, lo que en su momento quedó reflejado en la formación del llamado "bloque no-universitario", con la consiguiente desconexión con la Universidad; el sometimiento entonces de la Enseñanza Media a criterios más apropiados a niveles previos; solo hay que ver hoy a los profesores vigilando los patios o la llegada del autobús; pero criterios acordes fueron aplicados a la selección y formación del profesorado, a la consideración de sus expedientes, etc. Únase a todo esto: la desestabilización de la enseñanza resultado de los cambios en la configuración mundial de los mercados y de la organización política, los flujos sociales y, muy particularmente, una progresiva desigualdad social; una detracción de medios para la enseñanza pública; en fin, un sistema sometido a un constante vaivén por sucesivas leyes de reforma, elaboradas a espaldas de los interesados, la última con el solo asesoramiento de la Conferencia episcopal, como si cada cual quisiera hacer su experimento particular con lo más importante para un país, que hace tiempo que no es otra cosa que el conocimiento.
No, no tengo nostalgia, sí preocupación por ver como se sistematiza progresivamente la formación calculada del hombre unidimensional.
*Doctor y catedrático de Filosofía de Instituto
Información en: http://www.farodevigo.es/opinion/2014/09/17/adios-alumnos-adios/1095453.html

LA FILOSOFÍA SE POPULARIZA: ¿QUIÉN SOY?

Consultas individuales, libros y revistas especializados, debates en cafés y hasta catas de vino. La filosofía sufre un boom y sale a la calle para ayudar a entender el mundo.

¿De dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿cuál es el sentido de la vida? Durante mucho tiempo, la tarea de la filosofía fue dar respuesta a éstas y otras preguntas similares. Debates sesudos para intelectuales y material de libros que solo adquirían los más eruditos. Pero en los últimos tiempos la gente ha empezado a recurrir a estas teorías como tabla de salvación, como la única manera de explicar el torbellino en que vive la humanidad, de ayudar a pensar y de dar respuestas. Así, ya existen profesionales como Teresa Gaztelu que hacen lo que se llama praxis filosófica, consultas individuales en las que, como en una terapia psicológica, el filósofo trata junto con su consultante los temas y cuestiones que le preocupan. Según Gaztelu, quien cobra 30 euros por una hora de conversación, «Sócrates entendía la filosofía como algo vivido. Él creía que todo el mundo tiene un conocimiento innato, que se puede sacar a la luz haciendo las preguntas adecuadas». En su opinión, del mismo modo que todos contamos con una psicología, también tenemos una filosofía, que a veces hay que revisar. «A mi consulta vienen personas con problemas recurrentes, como discusiones de pareja o comportamientos repetitivos, o individuos que no tienen conflictos pero sí una sensación de insatisfacción, de vacío. Se preguntan: ¿es esto la vida? La filosofía enseña a alcanzar un pensamiento que no sea confuso ni contradictorio, a plantearse cosas que damos por obvias. Es transformadora y ayuda a sufrir menos. Puede incluso llegar a curar depresiones si éstas no son endógenas», asegura.
El escritor Juan Arnau entra también dentro de esta corriente utilitaria con su último libro Manual de filosofía portátil (Atalanta). Él relaciona este resurgir de la filosofía práctica con la necesidad de tener un maestro. «Los orientales dicen que cada ser humano nace con tres deudas. Una a los dioses, que se paga con ofrendas; otra a los padres, que se salda cuidándoles en la vejez, y otra al gurú. Esta última no se liquida nunca», comenta este autor, para quien una buena definición de la filosofía sería «el arte de saber vivir».
Las editoriales parecen dispuestas a exprimir esta vena introspectiva, sobre todo desde que el filósofo alemán de origen coreano, Byung-Chul Han, se ha convertido en superventas mundial con su libro La sociedad del cansancio. En España, ha vendido ya 15.000 ejemplares y en octubre publicará su último trabajo, Psicopolítica. Raimond Herder, director de la editorial Herder en nuestro país, especializada en psicología y filosofía, opina: «Ya no hay recetas sencillas. Antes, uno era católico, budista o comunista. Ahora, se mezclan y cuestionan muchas creencias e ideologías, por lo que hay que empezar a pensar. Ahí entra en juego esta disciplina».
En febrero de 2011, en plena crisis, Globus Comunicación lanzó Filosofía Hoy, una revista mensual que ahondaba en el arte del pensamiento. Aunque pocos creían en la continuidad del proyecto, hoy en día cuenta con una tirada de 25.000 ejemplares y 10.000 seguidores nuevos diarios en su foro de Facebook. «La forma en que tratamos el tema hace que conecte con el público. Podemos hablar de Mick Jagger o Andy Warhol y relacionarlos con alguna corriente de pensamiento», dice su directora, Amalia Mosquera.
Más allá del papel. La compañía Equánima organiza cursos y talleres de filosofía para empresas y colegios. «Nos enseña a escuchar, a identificar, analizar y replantearnos lo que pensamos y hacemos. En los equipos de trabajo favorece la interacción horizontal, afianza las relaciones y permite la construcción colectiva», comenta Mª Ángeles Quesada, su cofundadora.
Por su parte, los cafés filosóficos –tertulias en bares guiadas por un maestro del tema– ya empiezan a ser habituales en España, al igual que los vinos filosóficos, que incluyen una pequeña cata. «Las democracias modernas no dan participación a los ciudadanos y por eso buscan espacios donde expresarse. La filosofía proporciona herramientas intelectuales para saber lo que pasa», comenta el filósofo Daniel Ramírez, quien organiza este tipo de reuniones en el Café des Phares, en París.
Según el filósofo y escritor Manuel Cruz, «Ortega y Gasset decía: “No entendemos lo que pasa, y eso es lo que nos pasa”, y cuando eso ocurre pueden venir muchas patologías como ansiedad o depresiones». A lo que Juan Arnau añade: «Estamos en el mundo para buscar el conocimiento. Es un error perseguir la felicidad. Solo si tenemos la oportunidad de conocer podremos acercarnos, un poco, a la idea de ser felices».
Consultado en : http://smoda.elpais.com/articulos/quien-soy/5338

jueves, 18 de septiembre de 2014

ENTREVISTA CON EL DR. FÉLIX GARCIA MORIYON.

http://www.ivoox.com/vision-del-dia-17-septiembre-de-audios-mp3_rf_3503473_1.html

FILOSOFÍA PARA NIÑOS EN OAXACA.


SOBRE LA FILOSOFÍA PARA NIÑOS.


CURSO TALLER COMUNIDAD DE DIÁLOGO EN EDUCACIÓN BÁSICA. En Oaxaca.


EL PELIGRO DE FpNyA


LO QUE SE VIVE EN FpNyA


HACIENDO PREGUNTAS.


CURSO TALLER DE ÉTICA.

Los pasados días sábado 13, domingo 14 y lunes 15 de septiembre del presente se realizó el curso taller de ética desde la propuesta de Filosofía para Niños, dicho curso taller fue organizado por la Lic. Gabriela Vallejo Hernández, directora del Centro G-FAN.
El curso fue facilitado por el Dr. Eugenio Echeverría.
Dicho curso fue realizado en Ixtapan de la Sal, en el Estado de México.
Una experiencia donde los aprendizajes, conocimientos y experiencias se dieron entre los asistentes para formar una comunidad en torno a la ética y sus aspectos desde la propuesta de Lipman.

G-FAN GUANAJUATO EN FACEBOOK

Para mayor información sobre G-FAN GUANAJUATO se puede acceder al Facebook:

https://www.facebook.com/groups/1496263590591387/?fref=ts

PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL G-FAN MARZO 2015.


XIX CONFERENCIA TALLER INTERNACIONAL EN SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS.


CURSO TALLER "CONOCIENDO FILOSOFÍA PARA NIÑOS Y ADOLESCENTES"


Federación Mexicana de Filosofía para Niños

Federación Mexicana de Filosofía para Niños La Federación Mexicana de Filosofía para Niños surge en 1993.  Su objetivo principal es el de salvaguardar la calidad y la integridad con la que el programa de filosofía para niños es desarrollado en el país. 


Fue reconocida en 1996 por el IAPC Instituto Para el Desarrollo de Filosofía Para Niños, como el único organismo en el país que puede determinar los criterios para la formación y apertura de Centros de Filosofía para Niños, así como los criterios para la formación de docentes.
La Federación también apoya a los eventos nacionales e internacionales que se organizan en el país, además de informar a través de su página de los eventos y noticias más relevantes de Filosofía para Niños en México y en el mundo. 
Las escuelas que llevan la propuesta pedagógica de Filosofía para Niños en el país están afiliadas a la Federación.  Ésta también coordina las visitas de seguimiento que se realizan en esas escuelas para apoyar en el desarrollo exitoso de Filosofía para Niños en dichos centros escolares.
Eugenio Echeverría
Presidente.


PARA MAYOR INFORMACIÓN EN LA PÁGINA DE LA FEDERACIÓN MEXICANA DE FILOSOFÍA PARA NIÑOS: phttp://fpnmexico.org/index.php

LA PROPUESTA DE FILOSOFÍA PARA NIÑOS Y ADOLESCENTES.

Aprender a pensar. Éste es el objetivo que persigue la propuesta de Filosofía para Niños iniciado en Estados Unidos a finales de los años sesenta y que se aplica hoy en día en miles de escuelas de todo el mundo. La filosofía es el cauce para que niños y jóvenes aprendan a dialogar, investigar y pensar por sí mismos para lograr alcanzar un aprendizaje significativo no sólo de esta materia, sino del resto de asignaturas curriculares.
El niño pregunta. El profesor responde. ¿Por qué no dejar que piensen ellos mismos la respuesta y utilicen su capacidad de razonar? "Si queremos adultos que piensen por sí mismos, debemos educar a los niños para que piensen por sí mismos". Éste es el objetivo que se marcó el profesor universitario estadounidense Matthew Lipman cuando en 1969 comenzó a desarrollar una propuesta pedagógica diferente a la que se aplicaba en aquellos momentos en las escuelas norteamericanas. Nació así Filosofía para Niños FpN), un programa que se desarrolla en la actualidad en más de 50 países de todo el mundo, entre los que se halla España.
Los temas tradicionales de la Filosofía son por tanto el referente sobre el que se apoyan Lipman y su colaboradora, la pedagoga Ann Sharp, para elaborar un completo programa pedagógico que aporta a los docentes las herramientas básicas para estimular en sus alumnos las capacidades de observación, interpretación, análisis y creatividad durante toda la etapa educativa, desde infantil hasta bachillerato. La idea surge tras la constatación de Lipman de que en las escuelas no se desarrollaba de modo eficaz la capacidad de razonamiento de los estudiantes, una labor fundamental para aprender a argumentar y adquirir un pensamiento crítico y creativo de adultos. La disciplina más adecuada para promover estas aptitudes es la Filosofía. No se trata de de introducir o potenciar esta asignatura en el curriculum de los estudiantes, sino de incorporar a la actividad académica el ejercicio que propone esta materia: filosofar.
APLICACIÓN DEL PROGRAMA.
El profesor cuenta para ello con unos completos manuales de apoyo diseñados para facilitar la aplicación del programa. Incluyen ejercicios, planes de discusión, pautas de evaluación y propuestas adecuadas para incentivar el diálogo y el intercambio de ideas y pensamientos entre los alumnos sobre los temas tratados en la lectura. Para un correcto desarrollo del programa en las escuelas, Lipman y Sharp han diseñado también un sólido programa de formación para los profesores en el que expertos en el proyecto les preparan para aplicarlo en sus centros y les aportan las directrices básicas y las técnicas fundamentales. Los creadores de Filosofía para niños proponen un modelo de trabajo en el aula plagado de actividades que invitan a los niños y jóvenes a explorar su pensamiento y a reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje a partir de la curiosidad y el asombro. La base fundamental del programa son un conjunto de novelas y relatos filosóficos, clasificados por edades, en los que los protagonistas son niños con inquietudes y problemas similares a los de los estudiantes. Las situaciones cotidianas que se suceden en las novelas sirven de punto de partida para introducir los temas y destrezas filosóficas que se quieren desarrollar en cada grupo escolar.


Información tomada de: http://www.consumer.es/web/es/educacion/otras_formaciones/2010/04/02/192125.php